Esto os mando: que os améis unos a otros

«Este es mí mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando«.

Hasta el extremo, porque el Amor solamente sabe darse sin medida. Y corresponde a quien sigue al Señor hacer lo mismo que Él, no hacer alarde de nada, rebajarse hasta el límite y servir así a todos, porque…

«Cristo, a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de su categoría de Dios;
al contrario, se despojó de su rango
y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos.
Y así, actuando como un hombre cualquiera,
se rebajó hasta someterse incluso a la muerte,
y una muerte de cruz».

¿Por qué hizo eso, por qué se anonadó tanto? Por el Amor de Dios a nosotros, por nuestra salvación y por la obediencia del Hijo al Padre.

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna.